Todos sabemos las grandes ventajas que aporta una formación “online”: reducción de gastos de estancia y desplazamiento, flexibilidad a la hora de realizar el curso, posibilidad de repetir y profundizar en temas según el grado de interés o conocimientos, gestión del tiempo, compatibilizar horarios de trabajo y familiares. Y también conocemos porque hemos experimentado en “carne propia”, los problemas con los que nos encontramos en este tipo de formación: falta de contacto personal con otros alumnos profesores, “soledad del alumno”, aburrimiento, escasa concentración, necesidad de tener una fuerte motivación y sobre todo constancia para no acabar abandonando el curso, lo que conlleva una pérdida del tiempo invertido inicialmente, la inversión económica que nos ha supuesto entrar en el mismo y lo más grave, la frustración de no terminar con éxito este proyecto por el efecto procastinador que muchas veces nos invade ante las múltiples tareas que nos llenan el día a día.
La formación online es una evolución de la autoformación clásica o formación a distancia que ha incorporado todas las posibilidades que ofrece Internet. Hacia finales de los 90, con la explosión de Internet, muchas grandes organizaciones, universidades, organismos públicos y empresas, comenzaron a experimentar programas de formación basados en este nuevo concepto que se denominó e-learning.
Al principio, casi todos los cursos eran una mera copia de los textos, conceptos y principios del auto estudio clásico. Básicamente lo que se conseguía era una mejora en la accesibilidad a los contenidos y contacto con los profesores a través del email, chats, foros, fax. Actualmente, gracias a los múltiples canales que nos ofrece internet encontramos muchísima información y un feedback inmediato de nuestras interrogantes, y generar conversación entre alumnos, profesores y otras personas cercanas a nuestro ámbito de estudio.
Sin embargo, los problemas básicos seguían siendo los mismos:
- Contenidos no adecuados para este nuevo formato.
- Abuso de documentación mal estructurada.
- Escasa o nula utilización de medios audiovisuales.
Debido sobre todo a que la red no estaba preparada para ello, con el hecho de que la producción de este tipo de contenidos resultaba muy costoso si se quería ofrecer buena calidad.
A mediados de la primera década del siglo XXI, muchas grandes empresas Norte Americanas, fundamentalmente del sector de las TICs (Tecnologías de Información y Comunicaciones), comenzaron a popularizar el uso de Internet para promocionar productos y servicios con el reclamo de la formación. Para ello se desarrollo el concepto “webcast”, que presentaba claras ventajas frente a las presentaciones comerciales clásicas: mayor alcance, posibilidad de dejar las presentaciones grabadas y ordenadas en páginas web (video playlists), para crear contenidos visuales tipo youtube y muchísimas más opciones.
Mientras tanto, la red había evolucionado con un fuerte crecimiento en su capacidad de ancho de banda y ahora si que era posible desarrollar cursos más adaptados a este nuevo entorno. No obstante, sigue existiendo el problema de diseñar contenidos en este nuevo formato educativo que no resulten “pesados”, que sean intuitivos, atractivos, y en el fondo que enganchen a los alumnos, para que no caigamos en los errores ya conocidos.
Lo ideal para un curso de esta naturaleza es planificar correctamente el contenido del curso, y desarrollar una documentación adecuada al mismo, que permita al alumno seguir el material audiovisual. Por otra parte, los formadores deben tener mucha experiencia en impartir cursos y saber adaptarse a este nuevo formato, no sirve grabar el curso como si fuera presencial y luego distribuirlo “online”. La mayoría de los cursos suelen caer en ese error, pues al estar en otro medio es necesario explicar las cosas de otra manera. ¡Adaptarse a la nueva manera de comunicar o abandonar!
Como ejemplo ilustrativo, me gustaría resaltar el curso online sobre “Redes y Equipos de Comunicaciones” en el que estoy inscrita y a pesar que este curso versa sobre una materia técnica, compleja y difícil de explicar, se me está haciendo muy fácil de comprender, porque han conseguido hacer un curso interesante, ameno y sobre todo formativo, que es lo más parecido a un curso presencial, pero en formato “online”. Una prueba de lo que digo, está aquí, http://www.lmdata.es/demonline.htm
Y para mi sorpresa, la aprobación de este curso cuenta para ser valorada en los expedientes de la AAPP, lástima que no sea funcionaria.
Desearme suerte en este nuevo proyecto, ¡ya que me pondrán exámenes!
BethOjeda. Social Media Manager en el Instituto de Continuidad de Negocio.
@BethOjeda