Siento la necesidad de escribir estas líneas después de leer las últimas noticias sobre las pequeñas de Tenerife:
¿En qué preciso momento de nuestra miserable existencia nos viene a la cabeza convertirnos en seres aún más miserables y decidir acabar con el futuro de los seres que nos rodean?
Somos las propias personas las que decidimos alimentar el odio que nos llega y nos siembra de dolor y destrucción, convirtiéndonos en absolutos caciques de las vidas de los demás.
¿En qué preciso momento de nuestra afortunada existencia nos viene a la cabeza convertirnos en seres aún más afortunados y decidir incentivar el futuro de los seres que nos rodean?
Somos las propias personas las que decidimos alimentar el amor que nos llega y nos siembra de alegría y prosperidad, convirtiéndonos en absolutos precursores de las vidas de los demás.
Olivia, Anna, D.E.P.